Las jornadas han querido dar a conocer unas pinceladas de la riqueza cultural de África, así como un acercamiento a la situación económica, política y humana del continente. A través de videos, talleres, juegos para niños, películas africanas, cuentacuentos… el aroma a África estaba presente. Las jornadas han estado dirigidas a todas las edades.

Pero, sin duda, el centro de las jornadas fue la conferencia de Mbuyi Kabunda,  profesor y miembro del Instituto Internacional de Derechos Humanos de Estrasburgo y del Doctorado de Relaciones Internacionales y Estudios Africanos de la Universidad Autónoma de Madrid. El profesor Kabunda hizo un análisis sobre el empobrecimiento del continente.

Para Mbuyi Kabunda existen actualmente dos planteamientos extremos a la hora de hablar de África: el afropesimismo, es el enfoque que la gente quiere escuchar, los africanos son incapaces, no están capacitados para sacar del subdesarrollo a sus países. Y por otro lado el afrooptimismo, caracterizado por el paternalismo hacia África y por el buenismo de los africanos. Ambos planteamientos no reflejan la realidad, África no es ni el infierno, ni el paraíso. Mbuyi Kabunda afirmó que “los africanos debemos tener una actitud crítica y autocrítica  ante la situación del continente africano”. Recordó que África representa el 13% de la población mundial y sólo un 3% de la economía mundial.  El 40% de los habitantes del continente negro viven en la extrema pobreza y la edad media de vida se encuentra en los 47 años.

Pero, ¿cuáles son las causas del subdesarrollo de África?, para el profesor congoleño existen tres tendencias: el geografismo, es un racismo geográfico, el clima y la geografía condenan a África a la pobreza. El clima tropical es la causa del subdesarrollo. El culturalismo, las culturas africanas son inferiores, son incompatibles con el desarrollo. Y el estructuralismo, es la postura más aceptada, la pobreza es causa de factores internos (Estado corrupto que instrumentaliza la violencia) y de factores externos (materias primas cada vez más baratas, el pobre cada vez más pobre y el rico cada vez más rico) El empobrecimiento de África se debe, por lo tanto, a una mezcla, a una crisis de factores combinados, errores cometidos a nivel interno y externo.

Los gobiernos africanos, afirmaba el profesor, han dado prioridad a la construcción del Estado Nacional y han descuidado el desarrollo económico.  Son gobiernos que han seguido manteniendo la economía rentista, basada en las materias primas. La maldición del coltan, del petróleo, de los diamantes… solo han traído el desastre. Países muy ricos en materias primas como la RDC, Guinea Ecuatorial, Nigeria, están a la cola en desarrollo social.
Un análisis serio del empobrecimiento de África debe tener en cuenta los aspectos culturales, históricos, naturales, estructurales del continente. La esclavitud vació a África de población joven durante cuatro siglos por Europa y anteriormente por los àrabes. África se despobló y perdió su capacidad de autoestima y de desarrollo.

Actualmente todos los recursos de los países africanos están destinados a la exportación. Se dedican más esfuerzos en pagar la deuda externa que en desarrollarse. Una deuda ilegítima y dolosa porque se han dado millones de dólares a gobiernos que estos han utilizado para reprimir a sus pueblos. El proteccionismo del comercio internacional es un obstáculo para el desarrollo. Los gobiernos corruptos también son otra causa del empobrecimiento de África, gobiernos que hacen pocas o nulas inversiones en el desarrollo humano: sanidad, educación, infraestructuras… No podemos olvidar tampoco las guerras que asolan el continente y de las que nadie habla.

Mbuyi Kabunda asegura que para salir de la situación en la que se encuentra África es necesario un nuevo modelo de desarrollo y un nuevo proyecto de sociedad. Ningún país del mundo se ha desarrollado con la ayuda al desarrollo. El desarrollo se tiene que dar internamente. África es el continente que más dinero ha recibido y que no ha servido para nada. El desarrollo no se consigue con economías rentistas basadas en las materias primas, las cuales están cada vez más baratas. El desarrollo es producto de la organización, no del dinero.

Debe haber cambios en lo político:

• Reestructuración del Estado africano, ahora es un Estado europeo. El Estado africano debería ser un Estado híbrido, síntesis de la tradición y de la modernidad.
• Un estado federalista que responda a la diversidad, no un Estado único y centralista. Basado en el afrofederalismo: favorecer el desarrollo local. La etnia es la encarnación de la diversidad, la clave está en reconocer el pluralismo de la sociedad africana.
• Democracia social consensuada, la democracia se conseguirá con la oposición o no se conseguirá.
• Adopción de un nuevo liderazgo. Crear una nueva clase de dirigentes africanos, más panafricanistas, defensores de los intereses del continente. Líderes nacionalistas africanistas como, por ejemplo, Nelson Mandela.

Reestructuración económica.

• Se debe adoptar otro modelo de desarrollo humanamente centrado en lo social. El ser humano deber ser el centro, un modelo económico homocentrista y socialcentrista.
• Economía mixta: la economía no debe estar exclusivamente en manos del Estado, ni en lo privado. Ambos pueden coexistir.
• Dar prioridad a la agricultura como base del futuro desarrollo. África le ha dado la espalda a los campesinos, cuando África es un continente agrícola. África tiene tierras, mano de obra y sol.
• Ningún país africano puede desarrollarse solo, necesita la unión para sobrevivir y crecer. Cooperación Sur-Sur: Asia, África y Iberoamérica.
• Crear fuentes comunes. Los países que tienen más recursos intercambiarlos con los que menos tienen.

El profesor Kabunda concluyó la conferencia diciendo que la lucha contra la pobreza de África necesita de reestructuraciones internas y externas.  Subrayó como fundamental una reestructuración de la educación basada en los valores tradicionales y una reforma agraria que cuente con los campesinos.

Las jornadas tuvieron también su sabor a África, el grupo de senegalesas de la parroquia San Juan María Vianney preparó una comida exquisita a la que asistieron unas doscientas personas. Fue una comida fraterna y multicultural. La jornadas se clausuraron con la Eucaristía del domingo en la que participó una coral senegalesa.

Las primeras jornadas africanas resultaron ser un lugar de encuentro con África, un tiempo dedicado a escuchar y a aprender de los africanos y africanas que participaron, un aire nuevo, un viento del Espíritu que nos anima a seguir descubriendo al hombre africano, a Dios presente en cada ser humano, a Dios encarnado en África. Gerardo J. Cámara