RESUMEN
BIOGRÁFICO
Nacido el 11 de agosto de 1877 en Saint-Pêre-en-Retz
en el oeste de Francia, en una familia de condición modesta,
Francis Aupiais entra en el seminario menor de la diócesis
de Nantes y prosigue su formación en el seminario de los
Padres Blancos. Cursa su último año de teología en Misiones
Africanas y es ordenado sacerdote el 29 de junio de 1902.
Tras un año de enseñanza en el seminario
menor SMA de Naudières, marcha al Dahomey: primero a Abomey
durante algunos años, luego a Porto-Novo donde permanecerá
hasta 1926, excepto durante la guerra en la que es "movilizado"
y enviado al hospital de Dakar de 1915 a 1918.
La tarea
de la enseñanza en Dahomey
En Dakar encuentra a Maurice Delafosse
y a Georges Ardí que acaban de improvisar un colegio; el
P. Aupiais dará allí cursos de griego. Su tarea principal,
en el Dahomey, será la enseñanza. Fue responsable de la
escuela primaria, enseñando él mismo, invierte diariamente
toda su energía en la formación de los maestros y continuará
haciendo lo mismo, cuando, en 1919, se convertirá en superior
de la Misión y Vicario General de Monseñor Steinmetz, Vicario
Apostólico del Dahomey.
El trabajo
de inculturización
Lo que marcará toda su vida es su pasión
por los Negros. No cesará de hacer reconocer todas sus cualidades
humanas, su moralidad, la riqueza de sus culturas. De ahí,
el nombre de la revista que fundará en 1925 con sus antiguos
alumnos, Paul Hazoumé en particular: La Reconnaissance
Africaine. El nº 1 anuncia que la finalidad de la revista
es "llegar a disipar el equívoco por el que se hace una
superioridad absoluta de la diferencia que existe entre
el estado llamado 'civilizado' y el estado llamado 'primitivo'
al servicio del primero". Otra preocupación es "hacer conocer
las religiones fetichistas, las costumbres del país y de
todo lo que se refiere a la historia local […] probar que
los indígenas poseían un fondo de sentimiento y de ideal
elevado".
Quiere dar la palabra a los jóvenes dahomeyanos
que asimilan bien la cultura del colonizador y se exponen
a perder su propia cultura, para que ellos mismos pongan
de relieve lo que él llama 'regionalismo', es decir, "el
culto de lo que viene de un pasado lejano, en lo que subsiste
de las costumbres, de las artes, de la literatura de un
pueblo que tuvo una existencia muy particular y cuyas instituciones,
muy respetables, amenazan con ser sumergidas por otras instituciones,
también muy respetables.
Muy sensible a lo que él llama el ceremonialismo
de los dahomeanos, es decir, las signos de deferencia entre
las personas, los rituales de las ceremonias religiosas
y civiles, el P. Aupais inventará grandes fiestas donde
podrá en cierto modo inculturar ese ceremonialismo. Serán
la fiesta de la Epifanía (que existe todavía en Porto-Novo
y entre los Gun de Cotonou) y la fiesta de Juana de Arco
(¡estamos en una colonia francesa!). Instituirá también
una 'fiesta de matrimonios' para animar a los jóvenes dahomeyanos
a que abandonen la poligamia.
El esfuerzo
por difundir la cultura africana
De regreso a Francia en octubre de 1926,
luchará para poner en relieve las riquezas culturales africanas.
Trae consigo treinta grandes cajas de objetos con el fin
de organizar una exposición de Arte Negro. Inaugurada en
París en enero de 1927, deviene itinerante y es presentada
en numerosas ciudades de Francia, y hasta en Bélgica y en
Suiza. Al mismo tiempo que reúne fondos para la gran iglesia
que acaba de comenzar en Porto-Novo, quiere, sobre todo,
mostrar que los negros son tan civilizados como los blancos,
que tienen un arte diferente pero muy real.
El
P. Aupiais fotógrfo y cineasta
Paralelamente, para mejor dominar sus
conocimientos adquiridos sobre el terreno, de 1926 a 1928
frecuenta en París el Instituto de Etnología que acaba de
abrir sus puertas. Está también encargado de cursos en el
Instituto Católico de París e interviene especialmente en
las Semanas de Misionología de Lovaina, en Bélgica. Es elegido
Provincial de Lyon en junio de 1928. De diciembre de 1929
a junio de 1930, patrocinado por el mecenas Albert Kahn
y con el fotógrafo y cineasta Frédéric Gadmer, el P. Aupiais
conduce una misión fotográfica y cinematográfica en el Dahomey.
Producirá la primera película etnológica francesa sobre
el culto del Vodú, y también una película titulada El Dahomey
cristiano. Estas dos películas serán muy apreciadas en Francia.
Pero su actividad es menos apreciada por el Superior General,
el P. Chabert que reprocha al P. Aupiais, entre otros, sus
vivas críticas hacia la administración colonial francesa
y sus condenas del trabajo forzado.
El P.
Aupias Diputado electo.
En la Asamblea Provincial de 1931, el
P. Aupiais no es reelegido, sino enviado al suroeste de
Francia como superior del seminario menor de Baudonne. Allí
permanecerá seis años. Pero en 1937, sorprendentemente para
algunos, el P. Aupiais es elegido de nuevo Provincial. En
1939, es elegido para la Academia de Ciencias Coloniales.
Durante la guerra y la ocupación alemana, se entrega a la
vida de la Provincia de Lyon. Pero en 1945, durante las
elecciones para la Asamblea Constituyente, las elites dahomeyanas
le piden que represente al país con Marcellin Apithy. Paul
Hazoumé le escribe: "La elección de la elite dahomeyana
se ha dirigido hacia usted porque no quiere más a estos
delegados que nos engañan". Es apoyado por el Vicario Apostólico
del Dahomey, Monseñor Parisot. Acepta y es elegido diputado
de la circunscripción del Dahomey-Togo, por el colegio de
ciudadanos, y Marcellin Apithy, por el de los no ciudadanos.
Pero, extenuado y enfermo, el Padre vuelve a Francia donde
muere el 14 de diciembre de 1945, antes de haber podido
ocupar su escaño en la Asamblea.
La revista Missi, en 1957, resumía bien
lo que fue el P. Aupiais: "Si fue misionero francés en
África, el P. Aupiais fue otro tanto misionero de África
en Francia. Lo fue con una tenacidad, un tacto y una intuición
que le han valido el cariño de África y el reconocimiento
(a ves póstumo) de todos. Su amor inteligente por África
le han acarreado muchas preocupaciones y sufrimientos".
Un dahomeano ha dicho lo esencial: "El P. Aupiais nos ha
comprendido, porque ha comenzado por amarnos".
Algunos
mensajes del P. Aupias
Dios ha preparado desde hace mucho
tiempo los caminos de la evangelización de estas poblaciones
por las admirables disposiciones que él mismo ha conservado
en el fondo de su corazón con un celoso esmero. ¿Hay que
temer decir que estos paganos, de buena fe, aportarán, viniendo
al cristianismo, cualidades que Cristo Jesús ama reconocer
en estos que ve bajo el árbol de la espera, como veía a
Natanael bajo la higuera?" (Textes dactylographiés sans
date, en AMA 3 H 99).
"El misionero dañaría radicalmente
su obra si no buscase levantar puentes entre el pasado y
el presente o más exactamente si el misionero no construyese
lo sobrenatural sobre lo natural, o incluso si no introdujese,
sobre un tronco que dejará fuertemente fijado y sustancialmente
alimentado por raíces que son tan viejas como él, el injerto
que va a mejorar, a transformar completamente sus hojas,
sus flores, sus frutos, su esencia misma" (Textes dactylographiés
sans date, en AMA 3 H 99).
"Yo podría aún conversar con vosotros
sobre todas las riquezas que pierde la Iglesia de Cristo
cuando son sofocados por la europeización sistemática tantos
sentimientos particulares que serían una diadema más en
la magnífica corona de la Iglesia universal, como lo han
sido a través de los tiempos los ritos, tan ricos de simbolismo,
de pueblos ardientemente cristianos, de Asia y del sur de
Europa" (Une tentative de régionalisme africain, dans
Les élites en Pays de Misión, La cinquième semaine de missiologie
de Louvain, 1927, 99).
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