Figuras misioneras

IGNACE LISSNER (1867-1948)

Crecer en la atención a los nuevos emigrantes africanos fuera de África y responder eficazmente a sus necesidades


RESUMEN BIOGRÁFICO

Ignace Lissner nació el 6 de abril de 1867 en Wolxheim, en la diócesis de Estrasburgo, Francia. Su padre era polaco, convertido del judaísmo y patriota polaco que había sido encarcelado y exiliado. La familia era muy piadosa y entregó cuatro de sus trece hijos a la vida religiosa.
Ignace Lissner estudió en los seminarios SMA: en Richelieu (en Clermont-Ferrand) y en Lyon. Se convirtió en miembro de la Sociedad en 1888, segundo miembro de su familia que ingresó en la SMA. Uno de sus hermanos le había precedido como Hermano SMA: el Hermano Charles. Ignace fue ordenado sacerdote el 25 de julio de 1891 por el Vicario Apostólico de la Costa del Benin (Lagos), Monseñor Jean Baptiste Chausse.

Su paso por África

Poco después de su ordenación, fue destinado a la misión en el reino del Dahomey (actual República del Benin). En 1892, fue retenido como rehén durante algunos meses en Ouidah por las tropas dahomeanas. Se pensó que había sido decapitado y se celebró una misa por el reposo de su alma. Finalmente, reapareció bien vivo el 24 de junio de 1892. Cuando pudo volver a su parroquia de Ouidah, en diciembre, estaba acompañado por el Padre Steinmetz como coadjutor. En 1894, fue enviado a Grand Popo donde construyó la primera iglesia. Volvió a Francia en 1896.
En febrero de 1897, el Padre Lissner fue a Canadá para buscar fondos para la misión pobre del Dahomey. De allí fue a Estados Unidos para continuar su recaudación de fondos. En 1900, pidió permiso para ir a Egipto a saludar a una de sus hermanas, religiosa en Alejandría. Durante este viaje aprovechó, con la ayuda del ejército británico, para visitar Sudán.

En Ámerica: la evangelización y la lucha por la justicia social van de la mano

El 20 de agosto de 1905, el Padre Planque, Superior General, lo nombró Superior de Estados Unidos, para un doble trabajo: pastoral y recaudación de fondos. La misión en Estados Unidos había sido comenzada con vistas a evangelizar a la comunidad afro-americana. Hay que recordar que esta comunidad residía en los USA desde hacía casi tanto tiempo como la comunidad blanca. Durante ese tiempo, los negros habían sido esclavizados, privados del derecho de voto y marginados económicamente. La educación y el acceso al desarrollo económico habían sido negados a la mayoría de los afro-americanos. El trabajo de Lissner era, a la vez, un trabajo de evangelización y de justicia social.

Tuvo su primer éxito cuando fue invitado a encargarse del apostolado de la comunidad afro-americana en el estado de Georgia. Comenzando su trabajo en Savannah, en la costa, pudo extender la misión hasta Augusta, Atlanta, Macon, Los Ángeles y Tucson, en Arizona.

En Atlanta encontró una oposición considerable, incluidas amenazas de muerte de parte de la población blanca. Sin embargo, perseveró. Además de establecer parroquias de misión, la SMA construyó también escuelas. El sistema escolar en el sur de los Estados Unidos practicaba la segregación y el nivel de educación accesible a los negros era muy inferior al de los blancos. El Padre Lissner y la SMA, con el apoyo de la jerarquía de la Iglesia local, querían cambiar todo eso. Al paso de los años, el Padre Lissner fundó una serie de misiones para las comunidades afro-americanas por todo el país. Estas misiones se extendían de una costa a la otra.

El P. Lissner fundador

En 1916, fundó también una Congregación religiosa para las mujeres negras, "La Servidoras Franciscanas del Purísimo Corazón de María". Lo realizó en colaboración con la Srta. Elizabeth Willians, miembro notable de la comunidad negra de Luisiana. La Congregación existe todavía hoy y está asentada en New Cork. Esta fundación encontró también muchos obstáculos de parte de la comunidad blanca que se oponía a que las mujeres negras aspiraran a la vocación religiosa.

Uno de los pasos más considerables que dio el Padre Lissner fue la fundación de un seminario para los candidatos afro-americanos al sacerdocio. El terreno fue comprado en Teneflay, New Jersey, emplazamiento actual de los edificios de la Provincia SMA americana y el seminario, llamado "St. Anthony's Misión" y abrió sus puertas en 1921. Era un seminario "integrado", admitiendo los candidatos al sacerdocio tanto a los negros como a los blancos. El primer sacerdote SMA procedente de este seminario fue ordenado el 13 de junio de 1923: era el Padre John A. John, un negro americano. Lissner, sin embargo, no había esperado la apertura de su seminario antes de pensar en sacerdotes negros. Algunos años antes había enviado dos hermanos negros a Lyon: Georges y Theodore Knight. Los dos fueron ordenados sacerdotes en Egipto, el primero en 1913 y el segundo al año siguiente, y los dos fueron nombrados profesores del Colegio SMA St Louis, en Tantah, Egipto. Un examen de la historia de la comunidad afro-americana de la Iglesia católica en América mostrará rápidamente que esta fundación era muy adelantada para su tiempo. De hecho, algunos años más tarde, el seminario tuvo que cerrar "porque no eran tiempos maduros para sacerdotes negros".

Un hecho interesante es que una parte de la financiación del seminario, mientras funcionó, procedía de la fortuna de (Santa) Madre Catherine Drexel, une heredera de Filadelfia que se hizo religiosa. Ella fundó las Hermanas del Santo Sacramento y era una amiga cercana del Padre Lissner. Su Orden estaba también al servicio de los negros y de los americanos.

El Padre Lissner llegó a ser Pro-Provincial en 1938 y primer Superior Provincial de la Provincia Americana SMA de 1941 a 1946. Murió el 7 de agosto de 1948 en Teneflay, New Jersey, tras una breve enfermedad a los 81 años.

MENSAJE DEL PADRE LISSNER

"Durante largos años me he entregado activamente al trabajo de promoción de los negros y he encontrado un profundo interés por todo aquello que pudiera ir en ese sentido. Creo verdaderamente que el medio más poderoso para llegar ordinaria y emocionalmente a esta región negra del sur, que es, como dije, la verdadera columna vertebral de la población negra, sería el ministerio de sacerdotes, hermanas, hermanos y catequistas indígenas, que son parte de sus propios parientes y amigos.¿Quién comprende mejor al negro sino el mismo negro? La sangre es más espesa que el agua. Es absolutamente cierto que el trabajo de evangelización será lento a menos que les ofrezcamos esta cooperación. ¿Para qué sirve mostrar al negro el camino de la perfección y los sacrificios que comporta, si, después de todo, le decimos prácticamente que no es apto para entrar en el santuario o para subir al púlpito? Nosotros podemos convertir efectivamente a estas personas a las que la gracia de Dios inspira el deseo de abrazar nuestra sagrada fe. Pero es la voluntad de Dios que alentemos hacia el sacerdocio a quienes muestran signos seguros de una vocación proporcionándole la formación del seminario. Ministros de su propia raza serían responsables mucho más eficaces que los supuestos filántropos de hoy. No está en mi mano poder llamarlos, pero soy de los numerosos misioneros que con la mayor seriedad desean y piden que esta responsabilidad sea otorgada en el futuro a quienes tienen la autoridad y los medios para hacerlo" (escrito probablemente hacia 1912, pero de fuente exacta desconocida).

"Creo firmemente en un clero indígena, sacerdotes, hermanas y hermanos de color para gente de color… Si deseamos seriamente convertir a nuestros 10 millones de compatriotas de color (en 1922) debemos establecer entre ellos un numeroso clero y hermanas de color. Si no, poco importa el sacrificio en hombres y dinero en nuestras misiones de color, nuestros esfuerzos no tendrán más flojos resultados" (Citado por J. L. Vogel, Red and White Roses in Black Soil, 1967, 282).