La SMA
rinde un merecido homenaje al protagonista de esta obra,
con motivo de los 150 años de su llegada a suelo africano.
Francisco
Fernández Rodriguez, nació el 20 de marzo
de 1825 en el municipio de Pantón, de la diócesis
y provincia de Lugo. El 5 de marzo de 1851 fue ordenado
sacerdote por Monseñor Santiago Gil, en su diócesis
natal, y en marzo de 1860 ingresó en la SMA en Lyon.
El 18
de abril de 1861, junto con el italiano Francisco Borghero,
llegó a las playas de Ouidah (Dahomey, actual República
de Benin) para fundar la misión de Dahomey. Su otro
compañero de viaje, el francés Edde, había
muerto en alta mar y le dieron sepultura junto a la tumba
del fundador, Marion Brésillac, que reposaba en Freetown
(Sierra Leona).
Dos
años después, el 30 de noviembre de 1863 y
a la edad de 38 años, Francisco Fernández
fallecía. Fue el primer misionero SMA que murió
en Dahomey y la semilla sembrada por su cuerpo y su entrega
no han sido en vano.
El distrito
español de la SMA le rinde un merecido homenaje con
motivo de los 150 años de su llegada a suelo africano,
y le dedica las páginas de este relato en las que
su espíritu, sobre todo cuando cuidaba a los enfermos
y se ocupaba de los más desamparados, está
muy presente entre nosotros.
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