Marion de Bresillac, se sitúa
humilde ante Dios, para que Él sea el impulso que
le mueva a ir al lado de los otros, los más necesitados.
Cada gesto de amor con el
prójimo tiene su fundamento en el amor tan grande
que Dios ha tenido hacia nosotros, con eso, todo cobra sentido.
Con este planteamiento de
amor al prójimo y preocupación por aquellos
a los que llamamos hermanos, la Iglesia sigue trabajando
en todos los rincones del mundo. Ese amor de Dios es lo
que la mueve. Fruto de ello, Manos Unidas sigue realizando
su labor.
Este año ,la campaña de Manos
unidas, tiene como centro de su lema la Salud.
Con las palabras "La salud,
derecho de todos: ¡actúa!", nos llama a seguir trabajando
ante el gran número de enfermedades contagiosas que se dan
especialmente en los países en vías de desarrollo. Los conocimientos
médicos actuales hacen posible la erradicación de estas
enfermedades, pero es necesaria la elaboración de programas
médicos, sociales y educativos que lleven a reducir la extensión
de estas enfermedades, y la Iglesia, a traves de sus obras
en Misión, participa de ello.
Uniéndonos en oración
para que este trabajo se siga realizando, con el amor de
Dios como motor de todo ello:
Roguemos por todos los que
se encuentran en situación de sufrimiento, por los enfermos,
por todos los que viven con hambre y sed, para que el consuelo
de Dios y la ayuda de todos les haga salir de su pobreza,
vivir con la esperanza y la alegría de ser amados
por Dios.
SMA
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