"La
oración nos promete todo y sin ella ¿qué podemos nosotros, pobres
mortales?". (Marion de Bresillac)
Dios,
nuestro Padre, da sentido a nuestra vocación misionera.
Por ello, toda acción de la Iglesia se basa en ese previo encuentro
con Cristo, con Dios Padre, a través del recogimiento, en oración.
Para discernir, comprender, actuar…, uno se pone en presencia
de Dios e intenta caminar con humildad. Todos necesitamos esos
momentos para saber qué quiere Dios de nosotros.
Aquí,
os presentamos reflexiones de nuestro fundador sobre su
vocación, su mirada evangélica de la vida en el día a día, en
medio de dificultades y alegrías. Deja por escrito lo que medita
al ponerse al servicio de Dios, al servicio de los más pobres.
Marion de Bresillac reza, e invita al que lee las líneas a
hacerlo, desde su lugar, desde lo que es cada uno, y, desde
la llamada que Dios le hace. Todos tenemos limitaciones (Marion
ve claras las suyas), pero eso no es impedimento para servir al
Señor desde los dones que Él nos ha dado.
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