Hemos comenzado la Cuaresma.
En este tiempo se nos invita a hacer un alto en el camino
y preguntarnos dónde estamos.
¿Hacia dónde voy?, ¿qué estoy
haciendo con mi vida?
Bresillac con estas palabras
se dirige a los misioneros, para que se paren a pensar detenidamente
¿qué es lo que buscan con este trabajo por el Reino? Pregunta
que podemos trasladar a cada una de nuestras vidas. Hay
que ser honestos con nuestra vocación cristiana: ¿Qué nos
motiva a seguir a Jesús? ¿Qué implica?¿Estamos dispuestos?
En este tiempo de silencio
y escucha, de reflexión y de encuentro, vamos recorriendo
nuestro camino hacia el encuentro con Jesús resucitado.
Esto nos lleva a reflexionar sobre las motivaciones e implicaciones
que supone ser y vivir como cristiano, con sus dificultades
e inconvenientes, con sus gozos y alegrías.
La Cuaresma comienza con
ceniza y termina con fuego, agua y luz en la Pascua. Algo
en nosotros se quema y se destruye para ser personas nuevas.
La ceniza muestra la fragilidad, las debilidades que nos
caracterizan. No son "unos polvos mágicos", sin una actitud,
un anhelo y un compromiso de cambio, es un rito vacío. No
dejemos que sea una cuaresma más.
SMA
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