¡Cojamos, pues, nuestra cruz, agarrémosla
con fuerza y carguémosla sobre nuestros hombros!
(Palabras recogidas en el Libro Itinerario
espiritual de la misión de Mons.Melchor de Marion Bresillac
SMA)
El fundador en este texto anima a los
misioneros a llevar la Cruz, asumirla y entenderla.
Así nos adentramos en la Pasión,
acompañamos a Jesús en su camino con la Cruz
a cuestas.
Desde la Cruz, Jesús habló
de perdón, de miedo, de sed, de soledad, de confianza. Viendo
nuestra vida, haciendo un examen crítico de la misma
, buscamos el reencuentro y la reconciliación con
Dios, un Dios vivo, que no quedó clavado en la Cruz.
Lo buscamos a sabiendas que a menudo se
nos escapa y no sabemos verle. En esta búsqueda quedan
reflejadas nuestras debilidades. Como Pedro muestra las
suyas, y le niega tres veces, ante las inseguridades y riesgos
que suponía reconocer a Cristo como Hijo de Dios,
así nosotros le negamos con las decisiones que a
veces tomamos en nuestra vida.
A diario se nos plantean encrucijadas
ante las que hay que optar, entre las seguridades y las
incertidumbres, entre el egoísmo y la honestidad.
Dios nos pone su camino delante, pero
nos da la libertad de optar por Él o no. Nos plantea
una opción de vida, en la que la seguridad nos la
da su Amor incondicional.
Esta es la fuente de la verdadera felicidad.
SMA
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