"Busco cuales son los
pueblos más abandonados de la tierra y digo:
Señor, que tu mano
me conduzca a ellos y allí proclamaré tu nombre.
(…) La empresa es difícil,
lo reconozco.
Necesitamos colaboradores,
sacerdotes que no retroceden ante el sacrificio y que aman
por encima de todo la virtud de la abnegación y el peso
de la cruz.
Necesitamos también la
simpatía y la ayuda generosa de los fieles.
Y me pregunto ¿se habrá
secado la fuente de la generosidad?
No, no es posible porque
el tesoro de la caridad es inagotable".
Palabras
recogidas en el Libro:
Itinerario
espiritual de la misión de Mons. de Marion Bresillac
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